Reflexiones tras el partido Villarreal 3 - 2 Real Madrid que ha puesto punto y final a la lucha por el título de Liga, y punto y seguido a la lucha por la cuarta plaza de Champions.
Se acabaron las falsas esperanzas y las portadas pro-heroicidades, el Barça es igual de campeón hoy que el día antes del Clásico, le pese a quien le pese. Porque, al contrario de lo que nos vendió la prensa, la Liga no estaba acabada en diciembre, pero sí en abril. Hay que reconocer la regularidad del F.C. Barcelona y olvidarse de polémicas, no ha habido color.
La impresionante racha de partidos ganados de Juande Ramos no fue suficiente para adelantar al eterno rival, ni será suficiente para que sea un entrenador recordado por la afición. Tampoco es culpa de los jugadores, que han sacado fuerzas de la nada. El Madrid del desequilibrio, de la planificación deportiva precipitada o inexistente y de las decepciones europeas no podía ser justo campeón.
Como tampoco lo pueden ser el resto de equipos españoles que han logrado que la Liga BBVA se convierta en la Scottish Premier League (Celtic, Rangers y luego el resto). Lo que prometía ser un título disputado es ahora una cuarta plaza disputada.
Este domingo, la batalla del Calderón y en una semana la batalla de El Madrigal, donde el Valencia se lo juega todo a domicilio.
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