En menos de 24 horas se habrá jugado el Clásico, partido por excelencia de la liga española, pero que esta vez es incluso más interesante. Se enfrentan los dos gigantes de la liga y los dos mejores jugadores del mundo. Si a eso le añadimos los jugadores que los acompañan (casi podemos llenar el top 10 mundial, a pesar de la ausencia de Kaka'), tenemos el mejor espectáculo posible en este deporte, a nivel de clubes, aunque reconozco que las finales de Copa de Europa y de competiciones internacionales tienen un punto de épica que las hace imprescindibles.
La rivalidad se mezcla con el factor Santiago Bernabéu: un estadio capaz de aplaudir a la estrella del rival cuando lo merece, véase Ronaldinho.
La Liga es cosa de dos, el primero en fallar puede decidirse aquí, pero no el título. Hay que tener en cuenta que el calendario del Barça es más complicado a partir de este punto. De cualquier forma el ganador saldrá muy reforzado psicológicamente.
Más allá de la batalla táctica de los entrenadores y de las individualidades de las estrellas, estos partidos son impredecibles a partir de la estadística. Yo digo 2-3, pero en cualquier caso, que gane el fútbol.
